CENTRO DE VIDA SOCIAL

CLUB ALEMAN EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES
En Alemania los inviernos son largos e inhónspitos. El sol se pone en las primeras horas de la tarde y recién sale al promediar la mañana. Sus habitantes dan por eso importancia al fuego y a la vivienda. Alrededor del hogar, en el refugio de la casa nace un ansia, una necesidad, la Gemütlichkeit. Este termino es intraducible, sólo los alemanes lo conocen. Abarca todo el confort que necesitan y que aprecia el cuerpo y el espíritu.
La primavera y el verano son breves, y los meses de aires benignos se aprovechan en la naturaleza y al aire libre, se ejecita el cuerpo, obligado a la inmovilidad durante tantos meses.
No resulta sorprendente que un grupo de jóvenes Alemanes fundara en 1855 en la Ciudad de Buenos Aires una Asociación Social y Deportiva que se llamó Deutscher Turmerein, Sociedad Alemana de Gimnasia, se podia hacer ejercicios físicos y también reinaba la tan necesitada Gemütlichkeit.
En el Club, el artículo primero del Estatuto decia: pueden ser socios los alemanes por nacimiento y aquellos que dominan el idioma alemán.
Al poco tiempo se inauguró la Kegelbahn (cancha de bolos), con los años esta última le gano a la gimnasia, y el viejo Turnverein se transformó en un Deutscher Club Social.
Fue visitado por el principe Enrique de Prusia, hermano del Kaiser, con su esposa, la princesa Irene en el año 1908.
Cuando las topadoras arrasaron con el Club para dar paso a la Avenida 9 de Julio, se construyó un edificio en calle Corrientes y 25 de Mayo del cuál el Club ocupa los últimos cinco pisos y donde subsiste el señorío de su abolengo.