lunes, 25 de julio de 2011

Pueblo San José. Un casamiento alemán como los de antes

Es lo que pudieron disfrutar todas las personas que el sábado por la tarde llegaron hasta el Club Germano en Pueblo San José, donde la Asociación Wolgadeutsche preparó la escenificación de un casamiento típico alemán, tal como se hacía hace más de 100 años atrás.
Una tarde que permanecerá por siempre en la memoria como digna recordación de la llegada de los colonos y de sus manifestaciones más tradicionales.
Organizo Wolgadeutsche.
No faltaron los acordeones, el brindis con licor y las tortas alemanas.













Por supuesto que la llegada al salón fue en carro y con los músicos, que iban a buscar a la novia a su casa para acompañarla en el camino hacia la Iglesia.
En aquellos tiempos no había invitación por tarjeta. Esa tarea le correspondía a una persona que la familia designaba, que recorría los hogares con una rama de cerezo, donde cada familia iba atando una cinta, en señal de adhesión y celebración del próximo casamiento. Como en cada casa se le convidaba al visitante una copita de licor, muchas veces, cuando el alcohol comenzaba a hacer su acción, había que reemplazarlo para continuar la recorrida de invitación.
Como ya se ha dicho, la novia era acompañada al Altar por los músicos y la gente invitada que salía de las casas y se sumaba a una alegre procesión hacia la Iglesia. Previamente muchas de las familias habían participado en la preparación del salón o de la carpa donde se iba a hacer la fiesta, no solamente con sus manos sino aportando también elementos como manteles, sillas, vajilla y por supuesto la elaboración de la comida que, entre todos, en forma comunitaria, permitía un gran festejo que solía durar más de un día.
Los novios no recibían como regalos elementos para el hogar, sino que lo que se acostumbraba en el medio de la fiesta era poner en remate uno de los zapatos de la novia, que después se le devolvía para continuar el baile. El dinero que se recaudaba de ese particular remate se les entrega a los novios como presente de bodas.
Sin duda que aquellos eran otros tiempos, donde la acción de las familias y los acontecimientos que iban viviendo, conformando su propia historia, tenía sus raíces profundamente arraigadas en la historia de la comunidad toda.
Fue muy bueno recordar esa época de esta manera, con la particular escenificación que preparó la gente de Wolgadeutsche, que concluyó cuando entre todos los presentes compartieron la degustación de una copita de licor casero y una porción de torta alemana.
La tarde que presentaba una temperatura agradable, calido sol, provoco la presencia de numeroso público especialmente del Pueblo San José, varios invitados especiales de las Delegaciones que arribaron este fin de semana a nuestro medio con motivo de este acontecimiento conmemorativo del Día de los Descendientes de los Alemanes del Volga.
Un aspecto tentador ofrecían las tortas alemanas, el baile al compás de los acordeones, y un clima de gran algarabía después de haber recorrido en carros y autos antiguos desde los predios del ferrocarril en nuestra ciudad hasta San José, pasando por Santa Trinidad, donde la gente en las esquinas esperaban el paso de la movilización seguido por una extensa caravana de automóviles que acompañaron.
Los novios irradiaban felicidad, los padrinos orgullosos y los vecinos y amigos compartían un acontecimiento social bien típico de los Alemanes del Volga, cuya historia y costumbres la Asociación Wolgadeutsche rescata, valora junto a dignos herederos de una costumbre invalorable que se corresponde con una riqueza cultural que es orgullo de nuestro Distrito.




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