Asociación Alemanes De Necochea.
Fragmento del cuento premiado..
Los Alemanes Del Volga Y El Arbol De La EsperanzaMaría y Juan eran amigos desde que nacieron, jugaban siempre juntos mientras que sus padres trabajaban en el campo.
Les gustaba sentarse debajo de la sombra de su árbol y desde allí miraban el sol, el cielo, los pájaros, la noche y las estrellas.
Pero donde ellos vivían en Rusia, solamente podían verlos en primavera y verano porque en invierno tenían que estar encerrados pues el frió era insoportable.
Un día de verano, sus padres le dijeron que juntaran su ropa en un fardo por que al día siguiente harían un largo viaje para tener una casa en otro lugar.
María y Juan muy tristes fueron a su pequeño mundo natural, se sentaron entonces bajo el árbol.
Estando allí vieron en el suelo una sola semilla dorada y la levantaron, se les ocurrió que harían germinar esa semilla al lugar donde irían.
Y llegaron luego de viajar largos días interminables por mar, y otros tantos en carretas al lugar donde iba a ser su destino¿ Pero donde plantarían su semilla?.
Comenzaron la construcción del pueblo.
Con un cuchillo cortaron cuadrados de una tierra virgen y comenzaron a edificar un galpón grande donde se refugiaron todas las familias.
Ellos siguieron jugando y encontraron nada más que tierra y pastos altos, aves desconocidas y animales que no habían visto nunca.
Se acercaron a hablar con sus padres hombres que hablaban de diferente manera a la de ellos, lo que les causaba gracia.
Luego las casas se fueron armando en colaboración de unos y otros.
La semilla seguía intacta entre las cosas más preciadas de María y Juan.
Terminaron primero la casa de los padres de Juan y luego la de María y eran vecinos.
Entonces se pusieron a jugar y saltaban de contentos porque seguían juntos.
Fueron a jugar al patio compartido se sentaron en el piso y vieron que un rayo de sol iluminaba un lugar que
era el limite de las dos casas.
Este es el lugar dijeron a coro, fueron a buscar la semilla, hicieron un pozo, la hubicaron en el centro, la taparon con tierra y la regaron con un jarro de agua, le hicieron un cerco con palitos y paja brava y siguieron de cerca su crecimiento.
Pasaron por ese tiempo de arduo trabajo de sus padres, ellos mismos comenzaron a hacer trabajos en la casa, en el campo y ellos también se fueron haciendo cada vez más grandes.
Vivieron cosas maravillosas y otras no tanto.
Tuvieron que aprender un idioma nuevo, vieron como sus padres tenían que roturar la tierra que parecía de piedra y luego de un arduo trabajo crecían plantas nuevas en este lugar distinto al anterior.
El árbol siguió creciendo Juan y María lo visitaron a diario y lo cuidaban.
Un día ya de grandes se enamoraron y se casaron.
Tuvieron muchos hijos y esos hijos también se hicieron grandes y tuvieron más hijos y llegaron hasta nosotros que somos la descendencia de ellos y poblamos gran parte de la Argentina, a la que hicimos nuestra patria pero sin olvidar las costumbres de nuestros abuelos.
PERO HAY UN ARBOL QUE SIGUE VIVIENDO EN UN PATIO DE UNA CASA DE ALGUNA COLONIA DE LOS ALEMANES DEL VOLGA.
María Albina Burde Heit.
La autora cuenta que nació en Buenos Aires,actualmente vive en Necochea formando parte de la Asociación Alemanes de Necochea.
María Albina Burde Heit.
La autora cuenta que nació en Buenos Aires,actualmente vive en Necochea formando parte de la Asociación Alemanes de Necochea.
2 comentarios:
Acabo de leer el cuento. Simplemente me pareció maravilloso. También formo parte de una asociación de descendientes de alemanes, en La Pampa. Y mis bisabuelos, de apellido Stark se asentaron en Cnel. Suárez a principios del s. XX. Mi abuelo materno nació alli en 1905; luego se trasladaron a La Pampa, en donde pasaron el resto de sus días. Un saludo cariñoso. Valeria Moyano Stark
Valeria, gacias x escribir,pasame info de tu asociación, a mi todo lo relacionado con los alemanes del vplga me interesa. besos
Publicar un comentario